En Honor de Norah Lange - Macedonio Fernández

No siempre nos sentimos preparados para improvisar  - esto no sería nada, pero tengo otra dificultad que luego diré, más lo haré, aunqué tuve aviso con poca anticipación, sí me toleran una manía que me domina en momentos así: nunca se me ha visto improvisar de otra manera. Todos los artistas has mostrado rarezas en sus horas literarias. Victor Hugo que escribía un libro cada año, no se sentía fuerte para comenzarlo hasta que había conseguido pasar todo ese año sin pensar en nada; Núñez de Arce no tomaba la pluma sin ponerse...opa al instante; Balzac no escribía sin tener cerca de si la ausencia en viaje a Europa de su madrastra. Colón no descubría continentes, ó lo hacía enteramente de mal humor, si no se los ponían por delante impidiéndole seguir la redondez hacia el Asi; para Baudelaire el vacío de la cabeza era la sensación que más lo estimulaba a llenar la primer página; y el ocioso Byron al empezar a trabajar no hacía nada, pasaba tantos años sin reflexionar en cosa alguna que cuando quería retratarse no acertaba con la postura de pensar. Yo, con la modestia de quien ha nombrado a Núñez de Arce, no puedo improvisar sin ponerme los anteojos de leer y un papel delante, así la seguridad que siento de no decir nada imprevisto, de compromiso, me dá inspiración.

Sí yo dijera todo lo que tiene de encantador Norah, si os hiciese conocer qué elegante es su línea alzándose del diminuto pié a esconderse en el nido de la cabellera metálica, el vuelo expresivo de su querida fisonomía, lo que hay de leal en su amistad, lo que hay de medido y de sin freno en sus andares, conductas, sus prudencias de hacendosa y ahorrativa, su mansedumbre ante una existencia de labor odiosa de oficina, su alegría tan merecida del sábado y domingo libres, sus desprendimientos de dinero, de un dinero tan contado en su carterita ante la colecta para algún artista, sus despreocupados ímpetus y alegrías en la bohemia; cómo la quieren todos, Evar Mendez más que nadie, Scalabrini, Bernardez, Borges, Marechal, Hidalgo, Xul Solar, y...y...no es este el momento con tanto rival, de una “declaración mía, y además, ya Norah me dijo hace años “vuelva Ud. cuando tenga 20 años menos”.   Cómo me conoció el defecto! Porqué me quedé tanto tiempo habiendo tanta luz, hoy que se abusa tanto de la iluminación? Y además, donde no estará iluminado si está Norah? No fue exigente, sin embargo, sólo 20 años menos, cuánto tiempo más necesitaré para esto! Si yo revelara toda la grandeza sumisa que hay en su vivir de hogar y práctico y de afectos, y todo el arrebato sin prudencias en el arte y en la bohemia, quién no me pediría aquí mismo su mano, creyéndome su papá, por lo mucho que intento conocerla? Sería una mala chanza pedir que la dé a otros, sí la quiero para mi, y tengo una promesa de ella tan positiva.
Querida Norah: discúlpeme, me han invitado de un tiempo a dos banquetes como si creyeran que estoy sin cocinera y ando sin aliento. Pero con vehemencia le digo que comprendo hondo su suave ser, y lo deseo, con tantos que la quieren, visiones de arte y de pasión, siempre cerca de su existencia. Y paciencia conmigo, que hago progresos; ya he empezado a atrasar años y sin falsear la cuenta, sin saltear ninguno; pronto volveré por su promesa, y me faltan muy pocos para que me falten todos los veinte.